PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO HUMANO
Es una realidad social que las personas nos destacamos por una palabra: el cambio. No somos seres estáticos que nos comportamos igual durante toda nuestra vida, sino que modificamos nuestros comportamientos según nos vamos desarrollando.
Este pensamiento ha sido estudiando por diferentes teorías psicológicas del desarrollo humano. Para conceptuarnos un poco, realicemos un pequeño resumen de cuales han sido algunas de las teorías psicológicas que han dejado huella a lo largo de la historia.
Antes de 1960, podemos establecer dos grupos de teorías:
Por una parte, tenemos las teorías mecanicistas, en las que podemos incluir la teoría del condicionamiento clásico de Watson o de Pavlov, en la que podemos recordar los experimentos con los perros de Pavlov y el estímulo y respuesta de éstos, la teoría del condicionamiento operante de Skinner, que añade las consecuencias agradables y desagradables de esas conductas, además de como son condicionadas y la teoría del aprendizaje social de Bandura
Por otra parte, teníamos las teorías organísticas, compuestas por ejemplo por teorías como la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget, con sus estadios del desarrollo y conceptos como el de adaptación, o la teoría o la teoría holístico-dinámica de Abraham Maslow, que hablaba de conceptos como la motivación.
Después de 1960, surgen nuevas teorías que nos ayudas a conocer mucho más el desarrollo humano. Entre ellas, podemos destacar la perspectiva etológica, que hablaba de las conductas raíz y el apego, la teoría del procesamiento de la información de Gagné, realizando una síntesis de otras teorías y dividiendo varios tipos de aprendizaje, la teoría ecológica de bronfenbrenner, la cual establece varios sistemas sociales, como el microsistema o el macrosistema, que influyen en el desarrollo, o la teoría del ciclo vital de Erikson, que habla de varias etapas: infancia, adolescencia, madurez y senectud. Ésta última es a destacar que incluyen por fin la etapa de la madurez como una etapa a estudiar, y además considera la senectud no como una etapa de fallecimiento vital, sino como una etapa de desarrollo.
Pero estas teorías no son suficientes para desarrollar todo lo que las personas hacemos durante toda nuestra vida, y por ello como profesionales del sector siempre deberemos tener en cuenta las características individuales de cada una de las personas.
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